El hierro, nutriente clave en la alimentación complementaria
Ma. Catalina Bagés Mesa
Médico Pediatra y Nutrióloga Pediatra
5 Min de lecturaLa introducción de nuevos alimentos, es un proceso que requiere paciencia y mucho amor. En este espacio te presentamos algunas recomendaciones:
Los primeros mil días de vida, desde la concepción hasta los dos años de edad, constituyen un periodo crítico en el que la alimentación y la nutrición pueden influir en el desarrollo y la salud para el resto de la vida (1).
La leche humana es la mejor opción de alimentación por sus beneficios a corto y largo plazo; tiene un impacto positivo en la supervivencia de los lactantes, no solo por el aporte energético y de nutrientes sino por los factores inmunológicos protectores (2, 3). La leche humana debe recomendarse como alimentación exclusiva durante los primeros seis meses de edad y luego, como uno de los principales alimentos durante el periodo de la alimentación complementaria.
¿Qué es la alimentación complementaria?
La alimentación complementaria (AC) se considera el proceso por el cual se ofrecen al lactante alimentos sólidos o líquidos distintos de la leche humana como complemento y no como sustitución de esta (4).
¿Por qué es importante?
A partir de los 6 meses de edad se torna difícil cubrir los requerimientos nutricionales exclusivamente con leche materna, en especial energía, hierro y zinc; además, la mayoría de los lactantes ha alcanzado desarrollo suficiente a nivel del sistema gastrointestinal, neurológico, renal e inmunológico, que les permite recibir otros alimentos (5,6).
¿Cómo debería empezar?
Al iniciar la alimentación complementaria se sugiere ofrecer alimentos de todos los grupos (verduras, frutas, cereales, proteínas y grasas saludables) que aporten densidad energética adecuada y tengan alta biodisponibilidad de hierro, vitamina A, zinc, calcio y folato.
¿Hierro? ¡Por supuesto!
El hierro es un nutriente esencial para el desarrollo del lactante, sus requerimientos son altos durante los primeros años de vida debido a la necesidad de producir glóbulos rojos para evitar la anemia, para el funcionamiento de las células musculares, el desarrollo cerebral y la adquisición de funciones neurocognitivas (7).
A partir de los 6 meses de edad, las reservas de hierro se empiezan a agotar por lo que es necesario aportar, dentro de la alimentación complementaria, alimentos ricos en este micronutriente. Dentro de los alimentos de origen animal, fuente de este nutriente, encontramos el pollo, pavo, ternera, carne de res, vísceras, cordero y cerdo; también aparecen los cereales infantiles fortificados con hierro, como otra herramienta para variar la alimentación (7).
¿Qué tipos de alimentos se recomiendan?
En la alimentación complementaria se deben ofrecer los alimentos de manera equilibrada, es decir, sin excederse en el consumo de cierto grupo; por esta razón los momentos de alimentación durante el día, nos permiten combinar diferentes fuentes de hierro como los productos de origen animal y los cereales fortificados, juntos con las verduras y frutas.
Los cereales fortificados desarrollados para el consumo de los lactantes son una herramienta práctica y segura para ofrecer dentro de los primeros alimentos. Estos no deben contener azúcar añadida, ser naturales, ser de fácil digestión y además aportar otros nutrientes esenciales dentro de la mezcla. La textura en la que quedan al ser preparados también facilita la exposición a diferentes experiencias sensoriales asociadas con la alimentación (8).
La ingesta adecuada de hierro durante la AC puede lograrse usando una variedad de estrategias que deben seleccionarse en función de los hábitos alimentarios locales, la disponibilidad y aceptabilidad de los alimentos ricos en hierro para lactantes.
La educación alimentaria y nutricional, y más en lo que respecta al inicio de la alimentación complementaria, debe ser impartida por profesionales de la salud que conozcan del tema ya que la información científica se convierte en una herramienta fundamental que puede ayudar a cambiar las prácticas inadecuadas de alimentación en los primeros años de edad (7).
Y recuerda que cualquier duda por pequeña que parezca, no olvides resolverla con tu médico pediatra o nutricionista de confianza.
¡Feliz día!
Fuentes:
- UNICEF (2019). Estado Mundial de la Infancia 2019. Niños, alimentos y nutrición: crecer bien en un mundo en transformación. UNICEF, Nueva York.
- Verduci E, Banderali G, Barberi S, Radaelli G, Lops A, Betti F, et al. Epigenetic effects of human breast milk. Nutrients. 2014;6:1711-24.
- ESPGHAN Committee on Nutrition, Agostini C, Braegger C, Decsi T, Kolacek S, Koletzko B, et al. Breastfeeding: A commentary by the ESPGHAN Committee on Nutrition. J Pediatr Gastroenterol Nutr. 2009;49:112-25.
- Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría – AEP. Recomendaciones sobre alimentación complementaria en el lactante amamantado. Asociación Española de Pediatría. 2018.
- Fewtrell M, Bronsky J, Campoy C, et al. Complementary feeding: a position paper by the European Society for Paediatric Gastroenterology, Hepatology, and Nutrition (ESPGHAN) committee on nutrition. JPGN 2017; 64: 119-132.
- WHO. The optimal duration of exclusive breastfeeding: report of an expert consultation. Geneva, World Health Organization, 2001 (WHO/NHD/01.09, WHO/FCH/CAH 01.24).
- Becerra F, Poveda E, Vargas M. El hierro en la alimentación complementaria del niño lactante: una revisión. Perspect Nutr Humana. 2021; 23:85-97.
- EFSA Panel on Nutrition. Appropriate age range for introduction of complementary feeding into an infant’s diet. EFSA J. 2019; 17(9):5780.