¿POR QUÉ INCLUIR VERDURAS EN LA ALIMENTACIÓN DE LOS NIÑOS?

¿Por qué incluir verduras en la alimentación de los niños?

Ma. Catalina Bagés Mesa

Médico Pediatra y Nutrióloga Pediatra

¿Qué son las verduras? “Las verduras se consideran partes comestibles de las plantas (por ejemplo, estructuras portadoras de semillas, flores, hojas, tallos, brotes y raíces), ya sean cultivadas o cosechadas en forma silvestre, en estado crudo o en forma mínimamente elaborada” (1,2).

¿Por qué es importante el consumo frecuente de verduras?

Las verduras son parte importante de una alimentación saludable, estas ayudan a prevenir todas las formas de malnutrición (desnutrición, deficiencia de micronutrientes, sobrepeso y obesidad) y otras enfermedades crónicas (2-4). Adicionalmente, la ingesta de verduras contribuye al crecimiento físico, apoya las funciones corporales y mejora el bienestar físico, mental y social en todas las edades (2,3).


Estos son algunos beneficios de comer verduras de manera frecuente:

  • Favorecen el crecimiento y desarrollo de los niños: Las verduras son ricas en vitamina A, calcio, hierro y ácido fólico, lo que puede promover la buena salud, fortaleciendo el sistema inmunológico y ayudando a protegerlo contra enfermedades (4,7).
  • Mejoran la salud mental dado que reducen el riesgo de depresión y ansiedad (4).
  • Previenen enfermedades cardiovasculares por el aporte de fibra y antioxidantes (5,6).
  • Propician un menor riesgo de obesidad y diabetes mellitus (6-8).
  • Mejoran la salud intestinal por el aporte de fibra y su efecto sobre la microbiota intestinal, aumentando los compuestos antiinflamatorios vinculados a un mejor metabolismo y tránsito intestinal (6-8).

¡Disfruta todo un arcoíris en tu mesa! El color es el secreto (1-4).

La variedad de verduras y sus colores en la alimentación de tus hijos permite que puedan disfrutar de sus diferentes beneficios. Estos son algunas de las propiedades de acuerdo al color de las verduras:

– Azul/púrpura: Tienen propiedades antioxidantes que pueden ayudar a reducir el riesgo de cáncer y enfermedades del corazón. En este grupo podemos encontrar a la remolacha, repollo morado y berenjena.


– Rojo: Pueden ayudar a disminuir el riesgo de cáncer y mejoran la salud cardiovascular. Acá se destacan la remolacha, el pimiento rojo, rábano y tomate.


– Amarillo/naranja: Contienen carotenoides que ayudan a la salud visual y están en alimentos como la zanahoria, auyama y calabacín.


– Blanco/café: Contienen fitoquímicos con propiedades antivirales, antibacterianas y potasio. Acá encontramos la coliflor, ajo, jengibre, puerro y cebolla.


– Verde: Contienen fitoquímicos con propiedades anticancerígenas como el espárrago, brócoli, repollo, pimiento verde, pepino, lechuga, arveja, espinaca y kale.


La alimentación de los niños debe incluir por lo menos 2 porciones de verduras cada día, de diferentes colores y sabores y en diferentes preparaciones para que sea más fácil su aceptación.


Algunos tips para que tus hijos disfruten el consumo de verduras:

  • Puedes decorar los platos con figuritas hechas de verduras (por ejemplo, hacer un conejo)
  • Puedes invitar a los niños a cortar las verduras usando moldes de animales o figuras para que luego los consuman en sus comidas principales (1).


Como padres y cuidadores debemos dar ejemplo a la hora de consumir los alimentos. Somos responsables de elegir los mismos de forma variada y ofrecerlos a los niños. Por ejemplo, cuando el niño sienta hambre se puede ofrecer como opción una verdura en lugar de algún producto ultraprocesado. Asimismo, puedes aprovechar y ofrecerle las verduras que estén en cosecha y sean de la región, servirles la porción adecuada a su edad, mantener rutinas para comer y hacer comentarios positivos sobre los alimentos.


Ahora que ya sabes los beneficios y propiedades de las verduras, ¡Es hora de incluirlas en la dieta de los más pequeños de la casa!


Y recuerda que cualquier duda por pequeña que parezca, no olvides resolverla con tu médico pediatra de confianza.


¡¡¡Feliz día!!!

Fuentes:

  1. ICBF. Guías Alimentarias basadas en alimentos para la Población Colombiana Mayor de
    2 años. Disponible en https://www.icbf.gov.co/system/files/guias_alimentarias_basadas_en_alimentos_para_la
    _poblacion_colombiana_mayor_de_2_anos_2_1.pdf
  2. FAO. 2020. Proyecto de visión y estrategia relativas a la labor de la FAO en materia de
    nutrición 129.º período de sesiones del Comité del Programa (9-13 de noviembre). FAO,
    Roma. http://www.fao.org/3/nd940es/nd940es.pdf.
  3. OMS. 2019. Aumentar el consumo de frutas y verduras para reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles. Biblioteca electrónica de documentación científica sobre medidas nutricionales (eLENA). https://www.who.int/elena/titles/commentary/fruit_vegetables_ncds/es/
  4. Afshin, A., Sur, P.J., Fay, K.A., Cornaby, L., Ferrara, G., Salama, J.S., Mullany, E.C. et al.
    2019. Health effects of dietary risks in 195 countries, 1990–2017: A systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2017. The Lancet 393(10184): 1958-72.
    www.thelancet.com/article/S0140-6736(19)30041-8/fulltext
  5. Collese, T.S., Nascimento-Ferreira, M.V., Ferreira de Moraes, A.C., Rendo-Urteaga, T., Bel-Serrat, S., Moreno, L.A. y Carvalho, H.B. 2017. Role of fruits and vegetables in adolescent cardiovascular health: A systematic review. doi.org/10.1093/nutrit/nux002
  6. Aune, D., Giovannucci, E., Boffetta, P., Fadnes, L.T., Keum, N., Norat, T., Greenwood, D.C., et al. 2017. Fruit and vegetable intake and the risk of cardiovascular disease, total cancer and all-cause mortality: A systematic review and dose-response meta-analysis of prospective studies. International Journal of Epidemiology 46.3: 1029–56. doi.org/10.1093/ije/dyw319
  7. Xin, O.J. 2016. Food for children: Why fruits and vegetables are important. HealthXchange.sg. www.healthxchange.sg/children/food-nutrition/food-children-fruits-vegetables-important
  8. Ledoux, T.A., Hingle, M.D. y Baranowski, T. 2011. Relationship of fruit and vegetable intake with adiposity: A systematic review. Obesity Reviews 12.5: e143–e150.pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20633234/